Que he
aprendido de la vida a mis 27 años?
Aprendí
a no querer cambiar a las personas. He aprendido, a disfrutar más de mis seres
queridos, así como son. Sin tratar de cambiarlos ni limitarlos. Creo que es
esto también, lo que aprendí de mi familia.
Creo que
aprendí, a ser tolerante con las diferencias. Y a aceptar.
Creo en
el amor desde lo más profundo de mi corazón. Creo que el amor es el motor que mueve al universo. El amor no exige nada, y sin embargo, lo da todo. Y esto me
lo han enseñado dos personitas muy pequeñitas: Matías, de casi 3 años, y
Montse, de 5 meses :)
A mis
27 años he aprendido a dejar ir. Por ahí escuché, creo que de Chopra, que para
obtener lo que anhelas en la vida, debes renunciar a ello. Por lo tanto, suelto
todo lo que me ata y angustia, la ansiedad por obtener lo que quiero. Sé que el
universo tiene su forma y su momento para otorgarme lo que quiero, pero por sobre
todo, lo que necesito. Muchas veces pensamos que necesitamos algo, cuando en
verdad es mero fruto de nuestro capricho y mala formación.
A mis
27 años, he aprendido a decir "Te amo", con mayor conciencia de lo
que esto significa. Para mí, "Te amo" significa "Sos parte de mi
alma." "somos compañeros de camino" "Nos reconocemos",
"nos aceptamos". Creo que el amor es la máxima expresión de entrega
que un ser humano puede expresar. El amor respeta la libertad de la otra
persona. He aprendido que si falta esta expresión de libertad, no es amor lo
que se siente.
A mis
27 años, he aprendido que estar solo es una oportunidad mágica. Para descubrirnos.
Para conocernos y reconocernos en el silencio de nuestra soledad. Para
aceptarnos, y decirnos a nosotros mismos "Me amo". He aprendido a
soltar y dejar ir, a aquellas personas que ya no quieren estar en mi vida. Y no
creo que sea malo, apartarse y tomar un camino diferente. Creo que cada persona
que llega a nuestra vida, lo hace por un motivo importante para nuestra
evolución como espíritus viviendo una experiencia terrenal, por lo tanto,
¿quién soy yo para juzgar o condenar?
He
aprendido que la persona que será mi compañero de vida, llegará en el momento
que deba llegar.
A mis
27 años, he aprendido que no me interesa conservar personas falsas en mi vida.
Que sólo tenemos esta vida para mostrarnos auténticamente como somos, amar como
somos, crecer y disfrutar de nosotros, tal cual somos, sin miedos, sin
condenas, sin cargas de tiempos pasados. Que debo enfrentar los miedos, con
amor, cariño y paciencia, y solo así, veré grandes transformaciones en mi
corazón y en el corazón de las demás personas.
También
he aprendido, que sin la fe en Dios, el supremo Creador de todas las cosas, no
se puede avanzar. Que tengo mis límites definidos por mi propia condición
humana, pero que eso no puede ser excusa para rendirme. Aprendí, que debo
recordar, de dónde vengo, para saber hacia dónde voy. Soy el supremo bendito
Hijo del Amor del Dios Vivo, la Llama del Perdón en Acción, hacia todos mis
hermanos, hacia todo el Bendito Universo, y como tal, diseño mi futuro desde
mis pensamientos, como tal, aprendí que debo cuidarlos.
Por
otro lado, también aprendí, que no existe mayor felicidad, que una familia
unida, reunida en una mesa, disfrutando una comida, o bailando al celebrar
algún acontecimiento importante. Que no existe sonido más sublime que la risa
de mis tíos, abuela, o primos, que el brillo de sus ojos en un momento de
alegría, no se compara con todas las riquezas del mundo. Aprendí que esos son
los verdaderos momentos que uno debe atesorar deben servir de motor para
impulsar nuestros sueños, nuestros afectos,. y por sobre todo, jamás olvidar de
dónde venimos, y cuál es nuestra herencia, nuestro deber para con nuestra
familia, que finalmente, constituye nuestra raíz y contiene el "ADN"
de nuestra existencia.
A mis
27 años aprendí a ser humilde. A tratar de servir, de alguna manera, a aquellas
personas que se acercan a pedirme algo, siempre que pueda. En alguna parte leí
que "No es sino dando, que uno recibe", y otra canción decía: "Love is a funny thing, whenever I give
it, it comes back to me" (El amor es algo gracioso, cuando lo doy, el
retorna a mi). En el amor y en el servicio a los demás, hay pistas que nos
dirigen hacia el camino de la santidad, en la entrega total.

Siento
gratitud por todo el sufrimiento que tuve que atravesar, para poder hoy, estar
dando gracias. Doy gracias a Dios por haberme hecho homosexual, y a través de
eso haber adquirido una mayor sensibilidad sobre la vida. Doy gracias a Dios,
por haberme acompañado en todo este proceso de aceptación y de amor propio, de
transformación y de despertar, que se va renovando cada día, con la luz del
sol, y con las estrellas del firmamento.
Estoy
tan agradecido con la lluvia, con el viento, con las nubes, con los dolores,
con los desamores, con las nostalgias, y las canciones tristes y felices. Estoy
tan agradecido con mi papá y con mi mamá, que a pesar de ser personas
imperfectas, y quizás llenos de defectos, son mis padres, los más maravillosos
para mí, mi corazón se inflama de amor cada vez que los veo, que los abrazo, y
no deja de maravillarme cuánto Dios me ama, al permitirme verlos, sentirlos. Sé
que un día no podremos hacerlo físicamente. Pero mientras pueda, no me cansaré
de decirles cuánto los amo, y que en espíritu, estamos unidos por toda la
eternidad.
Finalmente,
entiendo que la vida está compuesta por momentos. Que tenemos la capacidad de
decidir, cómo vamos a vivir cada momento. No soy ningún erudito y a veces caigo
en depresiones, pero de repente recuerdo que vine a este planeta para cumplir
un objetivo, una misión. Y me doy cuenta de cuán bendecido he sido siempre, que
debo alzar los ojos al Cielo y pedir orientación Divina, que siempre está a mi
lado cuando la necesito.
He
perdido. Pero también he ganado. Con creces.
Hoy, a
3 días de cumplir 27, me acuesto. Con una satisfacción increíble,
indescriptible. Y este es un momento de mi vida, que decido guardarlo,
archivarlo en la carpeta de recuerdos maravillosos. Mi corazón siente gratitud
divina. Ser feliz es ver en el presente, en cada segundo de nuestras vidas, la
inmensidad del universo.
YO SOY
LO QUE SOY DESDE QUE NACÍ.
UN HIJO
BENDITO DE DIOS DEL UNIVERSO.
AQUÍ Y
AHORA.
AMÉN.