viernes, 18 de noviembre de 2016

Desde lejos, hoy abro los ojos (Mi vida en Francia)

Desde lejos

He atravesado mil kilómetros para llegar a mí.
O al menos, a esa conclusión llegué en la madrugada de hoy.
Desde que llegué a Francia siento la necesidad de plasmar en algunas líneas todo lo que me sucede, mis emociones, mis miedos (algunos de ellos muy grandes, como por ejemplo, perder un vuelo, un tren, etc.)
Supongo que el cambio fue tan grande, que en mí, ha actuado en forma de "shock", desde la cultura, el trato de la gente, la sociedad en general, las ciudades, en fin, Europa. Francia.
Hoy 19 de noviembre, son exactamente un mes y veintisiete días de mi llegada a este país, al que llamo, país de mis sueños. Y me gusta expresarme así de Francia, y prefiero guardar ese recuerdo de esta patria que me ha acogido, a la que soñé visitar desde mis tiempos de joven estudiante de arquitectura, y soñador. Incluso desde mucho antes.
Quizás, en mis otras vidas, habré vivido en estas tierras, es como si me sintiera en mi hogar, de alguna manera.

No obstante, quiero remitirme a mis primeras impresiones sobre mi llegada a estas tierras europeas.
Llegué el dia 23 de setiembre, proveniente de Asunción - Sao Paulo. De hecho, el aeropuerto brasilero para mí fue un "shock" debido al inmenso tamaño, comparado con nuestro pequeño aeropuerto. Pero esa es otra historia, no voy a entrar en comparaciones, aunque a veces necesariamente deba recurrir a ellas.
El aeropuerto "Roissy - Charles De Gaulle" es inmenso, y es uno de los aeropuertos con mayor tráfico  a escala mundial. En el camino hice dos grandes amigos: Ian y Vicky, ambos de Argentina. Con quien mantengo contacto hasta hoy es con Ian, muy simpático, un chico joven y lleno de vida, de sueños. Creo que el hecho de ser argentino hace que lo sienta un poco más cercano, y es como un pedazo de mi Latinoamérica, un poco de identidad común.

El hecho es que llegamos a París, esa tarde como a las 16hs buscamos las maletas, me despedí de los chicos y estaba oficialmente SOLO EN EL MUNDO. Sin idea de cómo hacer para llegar a la casa de los Caravias Boidin, familia que me acogería muy calurosamente en el seno de su hogar.
No tuve mas remedio (debido al susto de estar en una terminar aeroportuaria de escala monumental) y buscar un taxi. El taxi más caro de toda mi vida hasta ahora.

Gracias a Dios, llegué bien a casa de los Caravias, pasé un fin de semana con ellos, y debo admitir que sin no fuera por esa familia mi experiencia en Francia jamás hubiera sido la misma. Me brindaron toda la atención que se puede imaginar, y me trataron (sin conocerme) como un miembro de su familia. Estoy eternamente agradecido por semejante muestra de afecto hacia mi. Gracias al querido Padre Jose Luis Caravias, por haberme puesto en comunicación con ellos.

Llegar a Angulema fue toda una odisea. Tomé un taxi a las 5;00 am, hasta la terminal de trenes (Gare) Montparnasse, una de las estaciones de trenes más grandes de París. Como jamás había subido a un tren, no sabía cómo saber cuál era el vehículo, ni el horario. Agradezco mi base de idioma francés por haberme permitido darme cuenta que estaba a punto de perder el vehículo, y gracias también, a algunas personas que se encontraban esperando, que gentilmente me indicaron que estaba por perder mi viaje. Corrí hasta la vía con mis dos pesadas maletotas y mi mochila a cuestas, y entre golpes y tropiezos, logré entrar al vagón.
Una vez en el interior, solamente pude exclamar para mis adentros: Gracias mi Dios!
Llegué a Angulema a las 9:00 am, y ya estaba esperándome muy amablemente el profesor Laurent, mi profesor tutor en el marco del programa de asistente de idioma español. Me ayudó en todo el difícil proceso de conocer la ciudad, hablar con los propietarios del inmueble donde iba a vivir, llevarme al colegio y conocer a los chicos -el mismo día en que llegué- incluso me llevó al supermercado a hacer las compras, en fin, fue un ángel guardián desde el principio hasta el fin.

El siguiente proceso fue conocer a Elizabeth y a Marlene, mis dos compañeras de departamento. Eli es de México, mientras que Marlene es de El Salvador. Ambas ya tienen experiencias enseñando, ya sea en la escuela secundaria, como en la Alianza Francesa de sus países. A veces me asaltaba la culpa pensando"que hago yo acá???" "debería estar en la oficina haciendo proyectos de arquitectura y no en una clase llena de chicos de 12 años, de los que no tengo ni noción de que mostrar, enseñar"...
Ese pensamiento fue muy fuerte todo el primer mes, todos los dias, pensamientos de culpa, de no saber que estaba haciendo en un colegio, etc.. etc...

Luego vinieron los primeros viajes. El primer viaje que realicé fue a la ciudad de Poitiers, capital del departamento de Poitou Charentes, y sede de la Academia de Poitiers, de donde dependen nuestros establecimientos educativos. En Poitiers se realizó la jornada de capacitación para asistentes de idioma extranjero, y tuve la oportunidad de conocer jóvenes asistentes de toda Latinoamérica, de España, de Alemania, India, etc.
Posterior a Poitiers, llegaron las vacaciones de octubre, donde tuve la oportunidad de viajar a las ciudades de Nantes y La Rochelle, ambas con riquísima historia desde la época Galo Romana, pasando por la Edad Media y el Renacimiento, etc.
Hice muchos amigos en estos viajes, gente con la que me tocó compartir noches con cervezas y buenas charlas, bromas, cultura de Alemania, Chile, Paraguay, El Salvador, Francia... hablar otros idiomas, en fin, el sueño de mi vida: aprender otro mundo. Abrir mi visión hacia afuera y aprender que más hay.

Ahora, lo mas importante. Yo.


Casi a dos meses de haber llegado y de estar un poco más calmado, acostumbrándome un poco más a mi vida aqui, me voy quitando el velo del miedo al difícil proceso que ha implicado semejante cambio, para poder sacar algunas conclusiones que puedan ayudarme a poner mis ideas un poco más claras:

Extraño todos los días a mi mamá, a mi papá, a mis hermanos. Las primeras semanas fueron muy difíciles y me invadía un sentimiento indescriptible de agobio, tenía que tranquilizarme a la fuerza para no desesperarme ante la idea de la distancia. El hecho de saber que esto es temporal fue un gran aliciente, algo que mitigó mi dolor a la separación, debo confesar, que esto se lo debo a mi sicóloga que me brindó las herramientas para lidiar con el cambio.
Este viaje SÍ TIENE un significado, y MUY importante. Por que aquí vine a descubrirme  A MÍ MISMO, y a medir mi capacidad de hacer frente a las cosas, en situaciones muy extremas, como por ejemplo: tomar un avión yo solo, ir a una ciudad yo solo, hablar con extranjeros en un idioma al que no estoy habituado, tratar de defenderme con las armas que poseo...
Vine a darme cuenta que la vida pasa en el momento presente. He cumplido aquí, 29 años. Ya soy arquitecto, ahora trabajo como auxiliar de la educación en un colegio y liceo franceses, y estoy lejos de mi familia. Y al volver a mi país, me tocará comenzar todo de vuelta.
Debo decidir que voy a hacer de mi vida. Pero debo decidirlo con la cabeza fría. Y también debo darme cuenta que debo vivir la vida que YO quiero vivir, diseñando todos los días con mucho amor y con paciencia para conmigo mismo, el plan que quiero vivir. Sin miedo al que dirá la gente si así decido tener pareja o no. Al final del día, quien se acuesta conmigo, siempre seré yo, y soy yo a quien deberé soportar hasta que me muera.
Este viaje me sirve para conocer mis miedos, y reconocerlos todos los días, abrir los ojos, diseñar mi vida, desde la emoción de lo desconocido. Por que en realidad, no podemos dar por sentado absolutamente nada. Así como hoy amanecemos aquí, quién sabe dónde amaneceremos el día de mañana.
En realidad, no vine a enseñar español. Vine a descubrirme a mí mismo. Vine a buscarme a mí. Vine a descubrir mi vida, por primera vez. Vine a ver de qué soy capáz, y cuál es la vida que quiero vivir finalmente. A mi vuelta a Paraguay, debo llevar unos planos. Debo llevar un proyecto. El diseño de la vida que quiero vivir, de hecho, vivir desde ahora, mi vida.

Y finalmente, cierro esta madrugada concluyendo:
que es bueno abrir los ojos y darse cuenta. Tenemos una gran oportunidad en nuestras manos: se llama "momento presente". La vida pasa muy rápido y tenemos que tomar con todas nuestras fuerzas, ese momento único que se nos regala, para hacer de nuestras vidas, de nosotros mismos, algo realmente grande y significante, que pueda dejar huellas, y por supuesto, dejar el mundo mejor de como lo encontramos cuando llegamos.
El propósito de esta vida es ser felices, así como somos. Sin importar razas, religiones, sexualidad, o cualquier otra etiqueta. Solo podemos vivir en un mundo mejor, solo podemos hacer a otros felices, si nosotros somos mejores,  si nosotros somos felices, amándonos loca e incondicionalmente.

Hoy, abro los ojos.


miércoles, 3 de agosto de 2016

"Poco tiempo para irme"

Será que lo haré bien?
Será que lo hice bien?
He llegado a ese momento de la vida en el que toca madurar. Toca crecer. Toca ser fuerte y mirar hacia adelante.
Las fichas van cayendo, frase que utilizamos para describir cuando nos vamos dando cuenta de la realidad.
Y la realidad? Qué es? No es más que  el eterno presente. Sin pasado, y sin futuro. La realidad es lo que es.
Sé que no aproveché las infinitas oportunidades que tuve en frente. Quizás por el miedo. Miedo a que?
Pues, no lo sé.
Quizás sea una señal. Gracias Jodorowsky!
Es una gran paradoja. Lo que más quise en la vida, luego de la Universidad, era conocer Francia, Europa, todos esos lugares que soñaba en mi época de estudiante de arquitectura. Conocer ciudades con mucha historia, edificios con cientos de años, viajar a través de la mente y del espacio, y ser feliz… y por otro lado, el miedo a dejarlo todo por seguir ese loco sueño. El sueño que fue mi motor por tantos años.
Finalmente todo se va dando. Viajo en poco mas de mes y medio.
Dejo familia (papá, mamá, hermana, hermano, sobrinos…) dejo un trabajo en el que no soy del todo feliz, pero amo a mis jefes y mis compañeros, otra paradoja. Quizas por que aun Fabian debe madurar la realidad. La realidad. Esa que niego a veces. Que acepto a veces.
Siento como que apenas tuve tiempo para superar el dolor del año pasado, y la vida me pone de vuelta en la gran encrucijada: irme.
Irme de vuelta. Pero esta vez, mucho más lejos.
Dejar atrás toda mi vida, toda mi historia hasta hoy: amores, desamores, rencores, miedos viejos, gente que conocí, la tierra que nací, el calor del hogar, los problemas económicos, la calidez del sol paraguayo, su gente, su suciedad, su inseguridad, sus corruptos y santos.
Dejo todo y me voy.
A encontrarme conmigo mismo?
Es necesario dejar todo esto para encontrarme conmigo mismo? Que significa para Fabian esta nueva etapa?
Definitivamente NO LO SE. No se lo que va a pasar. Ya tengo pasaje y solo sé que en setiembre voy a estar en Francia y viviré por un término de siete meses. Que conoceré gente nueva, que seguramente recorreré los sitios de mis sueños, aquellos lugares que solo escuché, leí en libros, vi en internet, me enseñaron los profesores, y un sinfín de etcéteras.
Solo se: que se trata de mi sueño, haciéndose realidad.
A veces siento un extraño vacío, un sentimiento de remordimiento quizás?
Será que Fabián está siendo demasiado ególatra? Y que hay de la familia que queda aquí en Paraguay?
Poco tiempo para irme. Yo pensando de vuelta en el futuro, sin pensar en lo único que tengo: el presente.
Me cuesta amar a mis padres sin sentir cierta rabia. Rabia por que se dejaron ganar. Se dejan vencer. Será que realmente soy yo quien se deja vencer por esos sentimientos? Quizás si. Quisiera besarlos y amarlos tal como son, sin tratar que cambien. Será que me voy lejos, para medir mi amor por ellos?
Y en general, mi amor hacia la vida, y lo que Fabián quiere y espera de ella, y lo que está dispuesto a hacer por ella. Fabián se da cuenta que el tiempo va pasando y ya no tiene 22 años, cuando comenzó su gran aventura.
Ciertamente han pasado los años y con ellos, muchas experiencias que marcaron mi vida de tantas formas, en tantas formas.
Preguntando a mi sicóloga acerca del duelo, ella me dijo cuanto sigue: “El duelo se lleva adelante, cuando nos enfrentamos ante la pérdida total”.
Y yo tengo a mi familia conmigo. No los he perdido, por lo tanto, no hay duelo. Pero sí, desapego. Y corte de cordón umbilical. Yo necesito cortar el cordón umbilical para ser quien debo ser, para ser realmente Fabián, con todas las letras. Y madurar, por supuesto.
También me dijo, que a veces sucede que hacemos el duelo cuando terminamos una relación sentimental, y la pareja se va para siempre. Pero a veces, cuando la pareja regresa, es cuando NO hubo duelo.
Yo tuve duelo, por la última persona que amé. Y definitivamente, es muy diferente a como era antes.
Fue elección mía. Estuvo bien? O No? Quizás hubiera funcionado? No lo se. Lo que está destinado a ser, será. En este caso, no fue.
Y eso está bien.
De cualquier manera, también dejo eso.
Dejo mi casa, mi hogar. Mi auto, mi cama, mis amigos, mis hermanos, padres, pertenencias (gran parte). Dejo todos los sentimientos que de alguna manera me vinculan a Paraguay, y a Asunción de mis amores. Dejo eso y mucho más. En pro de nuevas experiencias que enriquezcan mi vida. Exactamente, no tengo ninguna garantía, sólo la que me otorga la Fe en ese Ser Superior, en mi Dios, que guía mis pasos.
Pero creo que ese proceso de dejar, ya comenzó mucho antes de setiembre, ya comenzó ahora. Cerrar capítulos, trabajos pendientes, reuniones, citas, meriendas que quedaron por realizarse, es como que todo me urge últimamente, no hay tiempo. Hay que trabajar mucho para ahorrar algo de dinero para llevar.
No tengo ninguna garantía, apuesto todas mis cartas y entrego todas mis riquezas materiales. Llevo solamente una cosa: un baúl lleno de mí, y otro baúl lleno de vacío, para cargar de nuevas experiencias, nuevos presentes, nuevos futuros.
Solamente Dios sabe cómo voy a extrañar a mis sobrinos, a mis niños, los que me mueven el espíritu de maneras indescriptibles. Solo Dios sabe como he de extrañar a mi papá, quien me enseñó a ser un buen hombre. A mi mamá, que me enseñó el amor incondicional, la dadora de vida. A mi hermano, que me defiende con su amor y su cariño. Y a mi hermana, parte de mi alma, mi compañera de vida, mi compañera de camino.
Solo Dios sabe cuánto amo lo que tengo, y me gustaría poder decir a mi familia cuanto los amo, más a menudo, creo que el tiempo que me queda lo haré con más frecuencia.
Quiero disfrutar estos últimos días, agradecer a la vida todo lo que ella me dio, tanto y más.
Quiero agradecer a la vida, toda la abundancia, la gracia, la desdicha y las dificultades.
Queda poco tiempo para irme. Pero ya estoy listo para partir.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Búsqueda

No se hacia dónde va mi vida
A veces, el camino se hace confuso.
Es como si todo lo que estuviste esperando en la vida, de repente se vuelve realidad. Una realidad tan largamente esperada. Una realidad, tan efímera como el viento, como lo que dura un suspiro, y luego se vuelve a ir.
He conocido personas que miran con malos ojos, a aquellas personas como yo. Que se encuentran perdidas en el camino. Personas como yo, que llegaron a un punto del camino, donde convergen todas las vías. ¿Cuál elegir ahora? Lo que por tantos años dimos por sentado, por verdadero, lo vemos desaparecer tan lentamente, o tan rápidamente como el tiempo que nos haya tomado, construirlos, y verlos hacerse realidad.
Duele ser incomprendido, eso es seguro. Como suelo escuchar aquí en mi país, existe un dicho: "La procesión se la lleva por dentro". Y creo firmemente que es tal cual, la procesión de cada uno es interior y nadie, puede notarla a simple vista. Solamente cuando los corazones se conectan, a través de la empatía, podemos avizorar un poco del camino interior de cada ser que nos toca conocer en el transcurso de esta vida.
La procesión se lleva por dentro. Llegamos a un punto del camino, no sabemos que camino ahora tomar. Todas las certezas han desaparecido, y ahora toca escribir en un papel, el nuevo mapa. Desempolvar viejos sueños, trazar nuevos objetivos, poner más leña en la chimenea, encendernos de vuelta.
El motor se ha cansado, pero aún tiene ganas de más, por que sabe que aun no ha recorrido todo el camino ni conocido todos los lugares que debe conocer en esta vida.
Estar desorientados en la vida, muy por malo que parezca, creo que es una gran bendición, una gran oportunidad de crecer, de SER. Y creo que estar perdidos en esta vida, nos permite la gran oportunidad de VOLVER A ENCONTRARNOS, CUANTAS VECES SEA NECESARIO.
Nada está escrito, no existen los preceptos, y si los hay, están todos equivocados. Como me dijo una profe a quien aprecio mucho: "Todos los intentos de homologar la realidad están errados" no podemos medir a todo el mundo con la misma vara con que nos hemos medido nosotros, las circunstancias son diferentes. Aunque existen valores atemporales que nos orientan a todos en la vida. Pero aun así, no podemos juzgar la "procesión" de cada uno.
El proceso de despertar, es un proceso muy doloroso para algunos, como lo fue para mi. Desechar viejas creencias, derribar barreras mentales, miedo, tristeza, depresión, angustia. Pero ahora que lo miro, agradezco el dolor. Ese dolor que me liberó y me sigue liberando. Estoy quizás lejos, de vencer todos mis miedos. Pero estoy muy orgulloso de las barreras que ya superé. Con la ayuda de seres de luz, esos seres maravillosos que el Universo, que la Vida, pone en tu camino para poder llegar a SER.
No quiero encontrar respuestas a todo. No las necesito ahora. Aunque si, las estoy buscando, está bien si no las encuentro. Y saben por que? Por que ese es el sabor de la vida, quizás una constante búsqueda de algo que no tenemos aún, pero sabemos que está siempre disponible y al alcance de nosotros.
Está bien la búsqueda. Estoy de acuerdo y la acepto, la amo y la honro.
Así como honro mi encrucijada, mi confusión, mi pena.
Está bien estar perdido. Lo malo es el tiempo que uno pierde buscándose a si mismo. Pero a la vez, es un tiempo sagrado y ganado, es tiempo invertido en encontrar la razón en la vida de uno mismo.
Tampoco hoy quiero juzgar a quienes no saben de lo que llevo por dentro. Me dirijo con un mensaje de amor, ese amor que siempre quiero dar, loca y desmedidamente. Agradezco la dureza, lo áspero y lo amargo. Eso sólo me incita a amar más y más locamente. Qué paradoja!!!
Agradezco la confusión de la encrucijada, agradezco no saber hacia dónde voy. Porque por sobre esta confusión, mi destino está tramando su próxima jugada,  aliado con mis sueños y mi capacidad de llegar a SER eso que debo llegar a SER.
He llegado a ese lugar de mi vida al cual tanto temía. Pero debo admitir, que es lo que más me emociona de toda esta historia. Allá vamos :)



viernes, 29 de abril de 2016

Soy lo que Fui, y es lo que Soy

Tengo un alma viajera, y un espíritu de niño
El corazón de un adolescente,
y la mente
de un eterno soñador.
No encajo en ninguna estructura,
mi naturaleza es la rebeldía.
No me van los moldes y la rigidez del trato frio.
Lo mio es el amor, el apretón de manos,
 una ronda de tereré
y divagar.
Soy lo que fui desde siempre
Y siempre sentiré lo que siento
Este amor hacia lo simple, lo único, lo aún no conocido.
Ciertamente soy mis recuerdos.
Pero también soy mi presente.
Soy todas mis experiencias
Soy la escalera a mis sueños
Soy un eterno caminante
Camino siempre adelante
Mi estandarte es mi sonrisa
Y un corazón abierto
Llevo amor al Universo
Lo entrego siempre a quien se atreva a recibirlo
Lo llevo siempre conmigo
En la sencillez de mi afecto
En la calidez de un saludo
En la hermosura de los sueños
En el surco que deja una lagrima
En el brillo que refleja
una estrella en el cielo.

domingo, 28 de febrero de 2016

Tregua al Presente


Hoy quiero referirme principalmente a la capacidad que tenemos de entender nuestro presente.
Pero esta vez, haré una pequeña modificación en la estructura de mis pensamientos: quiero referirme a mi mismo. Y en como YO miro la vida, desde MI PROPIA óptica.
Unos días atrás tuve una bella conversación con una amiga, quien me dijo cuanto sigue: que siempre estoy mirando “hacia atrás” o “hacia adelante” pero nunca estoy en el “presente”.
Esta reflexión me caló hondo en mis pensamientos, pues al ser sinceros, tiene toda la razón.
Quizás últimamente me pasé demasiado tiempo mirando hacia atrás, y esa observación hizo “click” en mi vida. Siempre mirando hacia lo pasado, hacia lo vivido, y anhelando con vehemencia cambiar mi vida, esperando siempre a futuro, a que las cosas cambien, que sea como yo lo he planeado, etc, etc.. lo único que genera en mi vida, es vivir con muchísima ansiedad, peor aún viendo que la vida real no es como uno muchas veces se imagina idealmente que es.
No existen personas perfectas. No hay trabajo perfecto. No hay hermanos ni padres perfectos, salud perfecta, país perfecto, no va a venir el príncipe azul a rescatarte y hacerte feliz.
Y saben que? Que bueno que sea así! Esta es la realidad de las cosas como son, es vivir el presente y asumir la vida como es.
Que sentido tiene tratar de estar forzando a la gente a que actúe como uno quiere que sea? Que sentido tiene tratar de cambiar a los padres, a los gobernantes, a los compañeros de trabajo? Que sentido tiene forzar el cambio que NO hicimos en nosotros mismos?
Pero haciendo una reflexión más profunda sobre lo que la amiga en cuestión elaboró, puedo rescatar aún más:  que importante es negociar con uno mismo! A veces tengo que replantear ciertas cuestiones de mi vida, ver qué es lo que no funciona. Y DECIRLO. Hablarlo. Hacer algo! Nada cae del cielo, nada sucede por casualidad –una vez mas imaginando sin ver la realidad-. Es importante que a esta altura de mi vida, me siente a replantearme muchas cuestiones. No me gusta seguir preceptos ni ideas preconcebidas, siempre fui un soñador, pero últimamente me está costando concretar cosas en mi vida.
Otro aspecto que rescato de la reflexión de mi amiga, es el de DESAFIARME A MÍ MISMO. Desafiar mis miedos, tal y como lo hacia antes. Como cuando tenía que entregar un trabajo, o terminar la tesis. Desafiarme. Ver que puedo hacerlo y lo voy a lograr. Entiendo de mi cansancio. Pero ya fue suficiente de tenerme lástima y ser condescendiente conmigo mismo. Ya ha pasado demasiado tiempo, ya terminé la universidad, es hora de salir de la zona de confort, asumir mi rol para el que me preparé por tantos y tantos años.
Ultimamente, he aprendido que nada cambiará si yo no cambio antes.
Y lo más emocionante, es que cada instante está cambiando, nos está cambiando a nosotros mismos, con cada respiración, con cada bocanada de aire.
No tenemos otra alternativa. Hay que vivir. Pero como? Viviendo en el pasado? O en el futuro?
No tengo más que el momento presente, donde se toman cada una de mis decisiones, las cuales efectivamente repercutirán en el futuro, y luego también, formarán parte de mi pasado.
Añoro muchas cosas de mi pasado. Demasiadas quizás, y sé que duele. No tener el cariño de mamá y papá como antes, como cuando era todo más fácil, o como cuando estaba con los compañeros del colegio y de la facultad. Y eso está bien. Me permito sentir ese duelo, es un duelo bello, es un duelo de dejar ir.
Necesito cerrar ese círculo. Es bello mirarlo ahora y ver lo que fue, y ver ahora lo que es.
Ciertamente, siento miedo.
Miedo a muchas cosas, miedo al futuro, pero también, siento una tremenda esperanza y tengo fe, que aun he de crecer mucho más, en pos de mis sueños, las metas que voy trazando en la medida que voy avanzando.
Entiendo que tengo mucho por corregir, ser más responsable, tener más en cuenta que lo que siento y como me siento, afecta todos los entornos en los que me toca operar. También entiendo ahora, que valgo mucho como persona, como profesional, y que tengo capacidad para hacer lo que debo hacer, en tiempo y en forma.
Entiendo también, que debo enamorarme más de mi mismo. El amor a uno mismo es importante y constituye un motor importante en nuestra relación dia-a-dia con uno mismo.
Me hubiera gustado darme cuenta de estas cosas antes, pero no me arrepiento del tiempo que me ha tomado. Todo a su justa medida, todo tiene su tiempo.
De todas maneras, me siento sumamente bendecido de ser un hombre capaz de amar, de ser quien soy, de fácil llorar, de emocionarme por cosas simples, de agitarme ante un caluroso abrazo, de decir “te quiero” o “te amo” ya con más soltura, de cantar, de bailar (aunque debo hacerlo más seguido! ) de tener una hermosa familia, un trabajo,  amar la profesión que abracé.
Agradezco saber hoy, que todo tiene su tiempo. Perseverancia y fe, que paso a paso, llegaremos donde vamos.

En este presente, llevo la luz de la cual soy responsable. Esa luz es amor y servicio. Esa luz no está en el pasado ni en el futuro. Está encendida ahora, en el eterno presente.
29-02-16 01:17 am