La Dimensión de Cristo en nuestras Vidas es algo que no se puede describir, sólo se puede sentir del Mismo Ser, de su misma Presencia, y de la misma experiencia, de un amor Vivo que se manifiesta en la simplicidad de un abrazo o de una sonrisa, tiene su origen y su finalidad en Cristo, en su Infinito Amor y su Infinita Misericordia.
La Dimensión de Cristo es algo inaprehensible a la mente humana, pero sensible al corazón entregado; pues su centro de acción radica en lo profundo del Espíritu, y se manifiesta en la pureza de su Amor Compasivo.
La pureza del amor de Dios se manifiesta en lo más intimo de nosotros mismos, y en el hermano que camina a nuestro lado, de una forma silenciosa su amor va trabajando y a su paso va transformando nuestra existencia, demostrándonos que es Él quien verdaderamente tiene el control de todo, y si nos abandonamos a su amor, veremos los mayores milagros suceder.
![]() |
La Dimensión de Cristo es la Infinidad de la Vida |
Para acercarnos a Cristo, para intuir su Dimensión, es necesario entregarse a su amor de una forma total, sin reservas, con fe y sin esperar a ser “perfectos”, pues si ya somos “perfectos”, que sentido tendría todo? A través de su amor Infinito Él busca sanarnos y darnos el Máximo Amor que jamás haya existido, pues sólo Él es capaz de entregarlo todo sin pedir nada. Por ello la Dimensión de Cristo no tiene límites y sólo espera a que le abras la puerta.
La Dimensión de Cristo es la Infinidad de la vida, esa emoción de la aventura de vivir amado por Dios, y de ser agradecido por ser vivo testimonio de ese amor que salva y protege siempre y por siempre.