Habla Señor, que tu siervo escucha...
si bien la vida dura finalmente solo un instante,
todo ese instante al que llamamos vida, no deja de ser una gran escuela, un
gran aprendizaje.
De todos los millones de colores, de todas las
galaxias, las estrellas, los planetas, las personas que existen en el planeta,
la cantidad de arena que hay en el fondo de todos los océanos y en las
playas... Sólo y únicamente importa el amor con que se las conciba, de la
ternura con que se las admire y la pasión con que se las cuide, a cada uno de
ellos. Porque todos somos hermanos, todos vinimos para evolucionar.
Somos uno solo en el amor, uno solo en Dios, en
todas las cosas que hacemos, por más que pensemos que estamos divididos y compartimentados
en casilleros estancos, todo al final del día converge en un solo punto, una
sola teoría se impone al final, solo el amor puede salvarnos, el amor es lo
único que nos puede hacer plenos en el perdón -que no es más que la manifestación
viva del amor en acción, es eso, es amor en acción.- la tolerancia y la
solidaridad hará de nuestro mundo, un sitio mejor para nosotros y nuestros
hijos.
Si tan solo nos detuviéramos a pensar, que
nuestras acciones tienen consecuencias, pensaríamos que realmente es
conveniente hacer el bien, no por temor a recibir un castigo, sino porque al
hacer el bien, recibimos multiplicado por mil, en bendiciones, todo lo que
hicimos, porque así actúa Dios cuando ve una obra de amor, una obra de bien.
Dios nos ama y eso es suficiente motivo para amar
a todos nuestros hermanos y ayudarlos a progresar en el camino de la evolución.
Porque de eso estamos hechos, nuestra materia prima es el amor. Es el punto de
partida, el principio y el final. La tolerancia, la sencillez, la humildad, la
mirada tierna y compasiva hacia el sufrimiento del otro, sin temor a nada. Cómo
es posible que temamos? cuando Dios mismo nos dio la promesa que estaría con
nosotros hasta el final de nuestros días...
Es importante recordad con vehemencia que, en el
camino que nos toca transitar, por más que a veces sintamos la soledad golpear,
no caminamos solos. Debemos recordar nuestra esencia hecha de amor, solo y nada
más que de amor, para nosotros mismos, para los demás... Comencemos por amarnos
a nosotros mismos, ese es el gran secreto... perdonarnos y amarnos primero a
nosotros, y luego como una flor, ese amor florecerá para abrirse con todo su
fulgor, su intensidad, hacia los demás.
"Al pasar dejaste una estela, de tanto amor
que irradias..." Por favor, mundo, seres humanos, démonos cuenta que estamos
hechos sólo y nada más que de amor, esa sustancia que mueve al universo a
cometer actos de locura, de locura de amor!!! No nos quedemos ahí nomas .. en
el molde, atrevámonos a amar con intensidad, a hacer, a SER! a través, a
partir, desde el AMOR.
El amor es todo lo que necesitas, el amor es todo
lo que das. No tiene principio, ni final. El solo ES, porque así siempre fue, y
eso a él, le basta.