miércoles, 30 de agosto de 2017

Algunos pensamientos de marzo, en agosto.

La experiencia de ser educador no siempre es fácil
Siempre hay obstáculos pero lo que nos ayuda a continuar es nuestra pasión por la enseñanza, así como cualquier materia que te apasione es el ingrediente fundamental para poder tener éxito en la profesión.
Tanto  como la arquitectura, es una carrera que también me tocó descubrir, por otra senda que la vida me enseñó, y si bien mi vida ha cambiado completamente, son otras responsabilidades, se moldea de manera distinta la vida de las personas, en este caso, de niños y jóvenes… y por qué no, también de adultos.
Se me abrieron muchas posibilidades aquí en Francia, para quedarme a iniciar un nuevo camino, una nueva vida, diríamos. Pero esta vez, dije que no. Decidí volver a mi país, a Paraguay. Un país en vías de desarrollo, con una democracia aun débil, con infraestructura en desarrollo, a veces un tanto escasa, un territorio aun no desarrollado lo suficiente como para ser atractivo y formar parte del concierto de las naciones. País que sin embargo, por azares de la propia existencia, fue mi lugar de nacimiento, en esta encarnación. Y tierra a la que estoy profundamente arraigado.
Creo que dije no, por temor, pero no sé a qué exactamente. Es un poco complicado, quizás solo sea yo con mis complicaciones. Pero estoy seguro que la vida que llevaba antes no me satisfacía tanto como la vida tranquila que llevo aquí en Francia.
Quizás sea el hecho de que mi familia no está conmigo, quizás sea cierta culpa y sentido de abandono hacia mi familia, algún resabio de egocentrismo… aun no lo sé. Lo cierto es que aquí tengo mucho de lo que siempre anhelé, conocer, viajar, estudiar, descubrir nuevos paisajes, nuevas culturas, estar con la gente… Como que todo es nuevo. Pero no sé si un día he de cansarme.
De todas formas, con 29 años no sé si sería capaz de recomenzar… Es muy fatigante, estresante, aquí en Francia no hay tiempo que perder, sin embargo, me he tomado demasiado tiempo para pensarme las cosas, es tiempo ya, de tomar algunas decisiones.
Por el momento, y aunque me duela, debo regresar a Paraguay, ayudar a mi familia a estructurarse y establecerse, luego seguramente deberé volver a viajar, quizás regrese a Francia o tal vez visite Canadá, el segundo país que me interesa muchísimo conocer…
Por otro lado, tengo mi vida personal, me gustaría casarme con un buen hombre, responsable, que ame la familia y todo lo que ello significa, pero que sobre todo sepa ser un buen amigo… creo que no pido nada más, solo quiero un amor sano que me pueda ayudar a construir una vida en pareja. Y si no, pues bien, establecerme lo mejor que pueda tanto económicamente como afectivamente. Con eso ya me doy por contento.
Quiero seguir estudiando, por lo tanto, creo que al llegar a Paraguay voy a inscribirme al curso de didáctica universitaria, que dura un año, luego de eso, pienso buscar un master en patrimonio, no estoy muy seguro si ese será el orden, y seguramente no será fácil, pero es lo que elijo vivir ahora. También debo volver a trabajar, pues sin ese importante recurso no podemos hacer gran cosa. Me haría muy bien volver con mis antiguos compañeros de oficina, aunque siempre existe el temor de que las cosas no vuelvan a ser las mismas, como cuando dejé la oficina 6 años atrás. Imagínate cuánto hubiera crecido de no haber abandonado la empresa entes. Pero de todas formas, son partes del proceso de cambio que no podemos evitar, así como fue inevitable venir a Francia, desde hace años anhelaba tener esta experiencia y hoy día no puedo estar más agradecido por ello.
Absolutamente todo forma parte del proceso de aprender y de crecer, por lo tanto, lo acepto como un hermosísimo capítulo y quiero vivirlo al máximo hasta el día que me toque subir al avión y volver a mi casa, en Paraguay.
Tengo unos últimos viajes que realizar antes de regresar: Londres e Italia. Me hubiera gustado recorrer más los lugares emblemáticos de la arquitectura moderna de Europa, especialmente de Francia, pero lastimosamente no me alcanzó el dinero para cubrir los viajes. Por lo tanto, para una próxima experiencia dejo pendiente el este de Francia, y por supuesto, el norte del país, en fin, todo el territorio magnífico que me queda por descubrir.
Gracias a la vida que me permitió tener la experiencia de enfrentar mis propios miedos, y finalmente ver que no existen, solo están en mi imaginación. Con coraje y mucha fuerza, podemos llegar muy lejos.

Escrito en el Lycée Jean Caillaud, el 23-03-2017 a las 11:24 am

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios, críticas y/o puntos de vista, puedes dejarlos aquí. Serán apreciados.

Visitantes