lunes, 15 de agosto de 2011

La Dimensión de Cristo

La Dimensión de Cristo en nuestras Vidas  es algo que no se puede describir, sólo se puede sentir del Mismo Ser, de su misma Presencia, y de la misma experiencia, de un amor Vivo que se manifiesta  en la simplicidad de un abrazo o de una sonrisa, tiene su origen y su finalidad en Cristo, en su Infinito Amor y su Infinita Misericordia.
La Dimensión de Cristo es algo inaprehensible a la mente humana, pero sensible al corazón entregado; pues su centro de acción radica en lo profundo del Espíritu, y se manifiesta en la pureza de su Amor Compasivo.
La pureza del amor de Dios se manifiesta en lo más intimo de nosotros mismos, y en el hermano que camina a nuestro lado, de una forma silenciosa su amor va trabajando y a su paso va transformando nuestra existencia, demostrándonos que es Él quien verdaderamente tiene el control de todo, y si nos abandonamos a su amor, veremos los mayores milagros suceder.
La Dimensión de Cristo es la Infinidad de la Vida
La dimensión de Cristo se manifiesta en nosotros mismos, en nuestro valor como seres de luz, en el valor de nuestra propia vida, en el valor de nuestra contemplación de las profundidades de su amor, en ese todo que nos envuelve con un calor que sólo Él puede ofrecernos… la Dimensión de Cristo es tanto ante todo, que el Mundo se vuelve tan pequeño ante Él…
Para acercarnos a Cristo, para intuir su Dimensión, es necesario entregarse a su amor de una forma total, sin reservas, con fe y sin esperar a ser “perfectos”, pues si ya somos “perfectos”, que sentido tendría todo? A través de su amor Infinito Él busca sanarnos y darnos el Máximo Amor que jamás haya existido, pues sólo Él es capaz de entregarlo todo sin pedir nada. Por ello la Dimensión de Cristo no tiene límites y sólo espera a que le abras la puerta.
La Dimensión de Cristo es la Infinidad de la vida, esa emoción de la aventura de vivir amado por Dios, y de ser agradecido por ser vivo testimonio de ese amor que salva y protege siempre y por siempre.

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