miércoles, 26 de agosto de 2015

Una mirada al pasado

Todos los recuerdos de mi vida convergen en un único punto, el punto donde hoy me encuentro. El punto donde yo estoy siendo, como diría Santa Teresa: "estarse amando al amado".

A veces me pregunto si mirando hacia atrás encontraré las respuestas que busco para mi presente.
Y ciertamente, en el pasado encuentro los rastros del soñador infinito que siempre fui, de los dulces anhelos que mi ingenuidad guardaba tan tibiamente en aquellos años de adolescencia...

De aquellas dudas e incertidumbre, pero también, de aquellos días de sol radiante y de felicidad total y plena.
Quién diría que todos los eventos de mi vida hubieran de converger hasta donde estoy hoy, cual flor que ha tardado tantos años en desplegar toda su magnitud....

De repente todo lo que dejé atrás vuelve a mi mente como una película... todos los momentos vividos, para bien o para mal. Todos y cada uno de los escalones que tuve que ascender, a veces bajar... Tengo un aire de satisfacción, pero también ciertamente, de nostalgia hacia el pasado... Hacia las lágrimas. Las risas. Los abrazos. Las despedidas. Los reencuentros.

Creo que un gran error sería olvidar lo que somos. Desde lo más profundo de nuestro ser. Y a veces suele suceder, nos olvidamos en el camino.
Y  sin embargo... he ahi aquella voz, aquella llama que no puede extinguirse. Aquella voz que desde lo más profundo sigue gritando su propia esencia. Tu esencia. Mi esencia.

A veces, considero, es bueno hacer un ejercicio de memoria, recuperar el pasado, aceptarlo, honrarlo, amarlo tal como fue. Porque todo ha sucedido por algún motivo, por alguna razón. Y lo que es más importante, nos ha servido para finalmente crecer, que es la razón por la que estamos hoy aquí, sacudiéndonos el polvo de los zapatos, para poder continuar.




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